Están los que se han enterado esta mañana que existe el vinilo, están los que dicen que ha vuelto, y también los que dicen que nunca se fue. Contra todos estará este blog, porque a todos tratará de desmentir. A los primeros les dirá... (seguir leyendo)


domingo, 19 de septiembre de 2010

OM – God is good (2009)




Grupo: OM
Album: God is good
Año: 2009
Año Ed. Vinilo: 2009
Descripción: 1 Lp / Carpeta sencilla con letras doradas 130 g. / Vinilo 150 g. / Encarte de cartón, impreso
Discográfica: Drag city






Cuando agarras una de esas carpetas americanas, tan rígidas como una tabla, sin brillo, y los acabados tan perfectos, sabes que las cosas empiezan bien, porque por muy chabacano que parezca a muchos, el tacto y la vista son los primeros los primeros ladrillos en la construcción del atractivo de un disco desconocido, y el lazo que cierra el círculo de uno conocido.

Y si luego el artwork es tan pulcro, nítido, y bien acompañado con algún detalle como aquí, con las letras y el aura del ángel en tinta dorada, pues sumas un pequeño atractivo más para engatusarte, y un punto para sumar al juicio final. ¿Un buen disco con una buena portada y una buena presentación no es mejor disco? Para mí sí. Para el que no lo sea, me alegro por su ipod.


El único pequeño detalle que me molesta es que en la contraportada hayan puesto el tracklist seguido, como en el cd, sin dividirlo por caras. Del resto ni un reproche; sin código de barras, con un encarte de cartón más grueso que algunas portadas que hay por el mercado, y un sonido vinílico poderoso. Al menos en mi plato suena perfecto, como si estuviera pensada la producción para este formato. Muy orgánico, que se dice cuando se quiere borrar todo rastro de tecnología de lo comentado.

Y es que esta vez la banda ha dado un salto cualitativo importante a todos los niveles, pero sobre todo en relación a su carcasa. La evolución es necesaria en las bandas, sobre todo si su propuesta tiene una naturaleza excesivamente minimalista o primitiva. Pero la mayoría no se atreven a renunciar a sus formas por miedo a perder su esencia. Om ha renunciado a esa distorsión punzante y han optado por el velo opaco de un bajo menos herrumbroso, tan sólo turbio, como primer plano. Sigue siendo Doom, Drone, de ritmo agonizante (¡aunque a veces se confunde con una intenticón tántrica!) y desgarrador, pero sin estridencia. Algo que facilitará el acercamiento a un montón de gente al que el sonido Metal le provoca prurito, sin que la banda haya tenido que cambiar por ello en lo más mínimo el trasfondo de sus intenciones.

Personalmente prefiero estos arreglos, muchos más místicos y aptos para el ritual, con el bajo más diáfano, pero es evidente que la producción en general, mucho menos estruendosa, ha ayudado. También el estilo del nuevo batería que acompaña a Al Cisneros, Emil Amos (de Grails), más sereno, en relación a Chris Hakius, el excompañero de Sleep, en “Pilgrimage” (07).

El caso es que “God is good” es un estadio superior a todo lo que han hecho Om, e incluso me atrevería a decir que a la inmensa mayoría de los discos de género que he oído últimamente. Yo lo recomiendo, para escuchar y comprar, y no por ese orden.





Cara A

Thebes 19:08


Cara B

Cremation Chat I (Instrumental) 3:11
Cremation Chat II (Instrumental) 4:58



3 comentarios:

  1. OM es un grupo que me gusta mucho. Good Is Good, es un muy buen disco. Tengo los dientes largos leyendo esta reseña del vinilo, tengo los discos de OM en cd...

    Un saludo.

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  3. Además de ése, sólo tengo "Pilgrimage" en vinilo, que es de Southern Lord. Es carpetón gatefold, rígido, aunque no está biselado el canto de la solapa. O sea, está hueca, como si fuera la carpeta de un doble, algo que me suele disgustar bastante, pero como digo, al ser una carpeta bastante gruesa, casi ni se abomba.

    Mola, musicalmente y como compra, pero prefiero "God is good".

    Por cierto, un detalle guapo es que el código de barras viene en una pegatina, no impreso. Un imposible para pedir a las grandes compañías, pero algo increíble de que no hagan los pequeños sellos. Imprimir los códigos en las portadas es un error (eso sí, cómodo). Son necesarios para comerciar con según qué tiendas, claro, pero en tiradas por debajo de los mil discos me parece un crimen no hacerlo con una simple pegatina.

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